Los animales son entrenados para detectar mariguana, cocaína y heroína. Posteriormente, podrán detectar anfetaminas, metanfetaminas y goma de opio, una vez que la Subdelegación de la Procuraduría General de la República en esta capital, apruebe el manejo de muestras para las prácticas.

Hasta el momento se cuenta con tres perros amaestrados y la meta es adiestrar a cuatro por cada Cereso Varonil y a dos por cada Cereso Femenil, informó Fausto Destenave Kuri, titular de la dependencia.

Los penales se ubican en Piedras Negras, Acuña, Sabinas, Monclova, San Pedro de las Colonias, Torreón y Saltillo. En estos dos últimos, se cuenta con Ceresos Femenil y Varonil.

Además de entrenarlos para detectar drogas, los perros son adiestrados para derribar y someter personas; controlar motines y riñas sin provocar lesiones y sin poner en riesgo la integridad física de custodios y policías.

En la actualidad se mantienen en observación y valoración varios ejemplares de las razas pastor alemán, belga, holandés y labrador, para seleccionar los más adecuados para las tareas que habrán de desarrollar.

Luis Jaime Flores Moreno, médico veterinario zootecnista, quien trabajó para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en la Base Lackland, de San Antonio, Texas, en el adiestramiento de perros, es el responsable de seleccionar los animales y amaestrarlos.

Los perros que adiestró en Estados Unidos, fueron enviados a la DEA, FBI y a la Policía Militar.

Como parte de su capacitación, participó en cursos impartidos en centros de entrenamiento de Holanda, Bélgica y EU, especializándose en Perros Patrulla y Detectores de Narcóticos.

Flores Moreno explicó que el entrenamiento de los animales concluirá en dos o tres meses y la capacitación de los manejadores tomará un mes, aproximadamente.

Aclaró que seleccionar los perros es un proceso complicado, ya que debe valorarse su equilibrio, temperamento, carácter y control para obedecer órdenes, así como su agilidad y movilidad.